extraido de contramadriz
El bosque de Hambach está en el foco de los mass media, desde el jueves 13 de septiembre se está llevando a cabo una enorme operación policial incluyendo al SEK (Comando de las Fuerzas Especiales) desalojando las casas árbol. Encontramos diferentes maneras de resistencia, pero especialmente a la prensa de izquierdas y las ONG’s les gusta informar acerca de las protestas no violentas, para reapropiárselas. En nuestro artículo queremos centrarnos en la resistencia violenta, pero no creemos que esta sea la única parte importante de la lucha. A continuación desarrollamos una crónica de la confrontación, resistencia y represión en el bosque de Hambach. Por supuesto esta crónica no está completa, porque muchas acciones fueron hechas por pequeños grupos y nosotras solo conocemos las acciones que nos han llegado.
Desde el 13 de septiembre algunos miles de maderos están en el bosque continuamente, para desalojar por completo y destruir todas las casas árbol. Pero el desalojo del bosque y la preparación para ello empezó bastante antes. En agosto apareció un llamamiento en el blog de Hambi para prepararse para el desalojo. En el llamamiento se asumía que el desalojo estaba previsto entre el 22 de agosto y el 22 de septiembre de 2018. Por esto, muchas activistas vinieron al bosque, para luchar contra el desalojo. A diario la gente estuvo levantando barricadas, nuevas plataformas, lock-ons (sistemas de bloqueo y encadenamiento para la resistencia pasiva), etc. para hacer el desalojo más difícil. También fue así para dejar claro a los maderos y a la seguridad de RWE que el bosque es un lugar peligroso para ellos, donde no deberían sentirse cómodos.
Camino a la zona de peligro
Cuando el 21 de agosto algunos coches de policía se encontraban parados en una de las principales entradas del bosque, un gran grupo de personas armadas con piedras y cócteles molotov les hizo mantener la distancia. El día siguiente, los maderos pararon dos coches a punta de pistola en Buir. Confiscaron uno de los vehículos, el bus del colectivo de cocina Alf. Ellos trataron de hacer a las personas de este colectivo responsables de los molotovs, y aún cuando devolvieron el coche, este sufrió varias redadas en los días posteriores. El bus es no sólo la casa de algunas personas, sino también una importante cocina para el bosque.
El 24 de agosto hubo una operación policial con maquinaria pesada para desalojar barricadas. Especialmente en las barricadas del camino que tiene acceso desde la carretera que da al recinto de seguridad (“Secu-Road”). Al atardecer se estaban levantando de nuevo barricadas en la entrada y los maderos volvieron para destruirlas y robar las herramientas. Esta vez fueron expulsados del bosque con piedras. Cuando los maderos huían, uno de ellos incluso sacó su pistola para apuntar a quienes corrían detrás de ellos. Refuerzos y dos ambulancias llegaron para atenderlos.
El 25 de agosto la policía descubrió otra barricada hecha con un viejo coche y un posible explosivo cerca de Lorien así que quisieron llevárselo. Fueron atacados con molotovs, piedras y pirotecnia y tuvieron que salir del bosque cuando empezaba a oscurecer. En una nota de prensa, los maderos clamaban la negociación pacífica y rechazando la violencia.
Un día después, 400 maderos vinieron al mismo lugar a desalojar. Unos 25 encapuchados les plantaron cara con piedras pero tuvieron que retroceder por el gran número de maderos. Aún así, nuevas barricadas fueron levantadas y defendidas por un corto tiempo.
El día siguiente, de nuevo algunos cientos de maderos llegaron al bosque y rodearon la pradera (el Meadow). La operación probablemente una preparación o una prueba.
El 28 de agosto sucedió una redada en el Meadow, supuestamente para buscar cócteles Molotov. La mayor parte de la gente del Meadow fue trasladada a la comisaría de Aachen, porque se negaron a identificarse. Todas las demás fueron expulsadas de allí hasta el atardecer. Los maderos utilizaron el día para robar todo lo que les fue posible. Cogieron botellas de cristal, tira chinas, miguelitos, material de escalada, dinero, DNI’s y dispositivos electrónicos. Con el pretexto de que podrían ser utilizados para cometer un crimen como construir barricadas, también robaron pallets de madera, placas solares y bidones de agua. Finalmente un túnel fue rellenado de cemento por seguridad y se llevaron un lock-on. Con ello los maderos también destruyeron la biblioteca. Al final del día todas las personas fueron liberadas de la comisaría, algunas de ellas aún sin ser identificadas. El día después hubo una manifestación en solidaridad con motivo de la redada.
En los siguientes días coches de policía y seguridad fueron atacados en varias ocasiones con piedras y fuego. También excavadoras de RWE que estaban trabajando cerca del bosque tuvieron que huir en repetidas ocasiones. Tras una de estas acciones, más de 20 agentes de seguridad de RWE corrieron tras las activistas. Las activistas respondieron con molotovs y piedras. Algunos de los seguratas lanzaron piedras pero sólo se atrevieron a entrar unos metros dentro del bosque.
En el mismo tiempo, el sindicato de policía exige que dejen de mandar policías al peligroso bosque, hasta que no esté claro si la tala se va a realizar.
Desde el 31 de agosto el bosque y el área que lo rodea se declara “zona de peligro” y los maderos tratan de registrar cada coche y persona que va en camino al bosque.
En la tarde del 2 de septiembre hubo barricadas ardiendo y una furgona policial fue atacada y dañada con piedras.
La escalada del conflicto
La siguiente gran operación policial tuvo lugar el 5 y 6 de septiembre. Los maderos querían desalojar todas las estructuras a nivel de suelo y barricadas, incluyendo trípodes y monopods. Algunas casas fueron defendidas con pis y mierda, cayendo sobre los maderos y haciéndoles abandonar la zona.
Sucedieron de nuevo manifestaciones solidarias desde Buir al bosque. El domingo 9 de septiembre más de mil personas participaron en el paseo por el bosque en el cual una semana antes en torno a 400 personas habían participado.
En la mañana del 10 de septiembre una furgona de policía y un coche de seguridad fueron atacados con piedras y fuego. También la luna delantera de uno de los vehículos de RWE fue destruida. Tras estos ataques los maderos llamaron al teléfono del bosque y amenazaron con limpiar la maleza cerca de la Secu-Road, en caso de un nuevo ataque. La misma noche la Secu-Road fue bloqueada con una barricada ardiendo. Una furgona policial que se acercó a ella fue cubierta por una lluvia de piedras y tuvo que escapar. Mientras la barricada seguía ardiendo, el recinto de la seguridad (Secu-Point) que fue convertido en una fortaleza tras varios ataques en el pasado, fue atacado por mucha gente con piedras y molotovs. Al mismo tiempo se levantaron barricadas en la antigua autopista. Tras un rato, en torno a 40 maderos equipados con material anti disturbios y un tanque anti-barricadas se alinearon en el Secu-Point y avanzaron hacia los atacantes, que se trasladaron a una colina. Cuando la policía trató de rodear a los atacantes, llovieron piedras sobre ellos. De acuerdo con los testigos, se podían escuchar quejidos de dolor desde abajo. Después de que los maderos volvieran a alejarse, los activistas se replegaron hacia el bosque.
En la mañana siguiente la barricada se reavivó con nuevas ramas y se produjo otro ataque a un coche de seguridad. Los maderos amenazaron con venir el 12 de septiembre con un gran dispositivo incluyendo los SEK con la posibilidad de disparar armas de fuego., en caso de ser atacados.
El 12 de septiembre hubo barricadas ardiendo en diferentes entradas al bosque. Un grupo de maderos fue atacado por unas pocas personas en la Secu-Road con piedras. Un madero disparó al aire y acto seguido apuntó a los atacantes.
El último desalojo
En la mañana del 13 de septiembre una gigantesca operación policial comenzó, pensada para ser el desalojo final del bosque. SEK con armamento pesado y policía escaladora comenzaron a desalojar casas árbol. La gente en las casas pensó en muchas maneras de hacer el desalojo lo más caro y difícil posible, así que los maderos avanzaron muy lentamente.
Uno de los primeros barrios en ser desalojados sería The North. Cuando las primeras barricadas en frente de la entrada de The North estaban siendo desalojadas, los maderos fueron atacados con piedras, tira-chinas y molotovs. Los maderos huyeron en sus coches y trataron de defenderse intentando atropellar a algunos atacantes. No detuvieron a nadie pero los coches quedaron dañados.
Los nazis de Afd, que se atrevieron a entrar en el bosque con una escolta policial, fueron expulsados por un grupo de encapuchados con gritos y pedradas. El escolta salió huyendo más rápido aún que los nazis.
Cuando las primeras máquinas trataban de despejar un camino hacia The North, nuevamente un grupo de personas corrieron hacia los maderos y los trabajadores de RWE lanzándoles piedras. Los trabajadores tuvieron que irse de allí y se podía escuchar los gritos de ánimo desde las casas árbol, el trabajo no pudo retomarse durante un rato.
Los maderos con equipación antidisturbios que eran la mayoría pudieron obligar a los atacantes a retroceder lentamente. Tropas de BFE (las unidades especiales para detenciones) vinieron para reforzar a los maderos y las activistas tuvieron que marcharse.
En la tarde, los maderos consiguieron hacerse más y más con el control del bosque y se volvió más difícil atacarles dentro del mismo. Pero aún se suceden ataques, por ejemplo con mierda, lo cual es una mierda para los maderos. También hay un llamamiento a hacer acciones descentralizadas ( https://indymedia.org/pt/2018/09/988692.shtml Traducción a continuación de este artículo).1
También hay más y más gente mostrando solidaridad con Hambi. Cada día, cientos de personas intentan entrar en el bosque, y en el paseo por el bosque del 16 de septiembre, en torno a 9000 personas se unieron. Solamente unas pocas consiguieron atravesar las lineas de la policía. Hay acciones y manifestaciones solidarias en muchas ciudades.
Algunas ideas
La amplia solidaridad es una gran ayuda para Hambi para continuar y generar más presión sobre RWE y los maderos. Un ejemplo es que la empresa Gerken dejó de trabajar con sus grúas tras unos pocos días del desalojo.
Estaría bien, aunque probablemente no sea el caso, si mucha de la gente solidaria también fuera solidaria con acciones de sabotaje y ataque. Y si se dieran cuenta de que la lucha es en los ojos de mucha gente del bosque no sólo por preservar una pequeña parte de bosque ni tampoco por dejar de usar carbón marrón. Estas reformas no cambiarían nada en toda la mierda del Capitalismo y el Estado. La gente que no puede ir más sus paseos por el bosque, quiere tener de nuevo su estado de ley y su democracia pero no se dan cuenta de que no hay nada más totalitario que un estado democrático, que promete derechos fundamentales hasta donde la gente obedezca. Tan pronto como la gente se cuestiona la autoridad del estado, se vuelve más peligrosa y el Estado cambia las leyes de acuerdo a ello.
Seguimos combativas, en Hambi o en cualquier otro lugar. No importa si la opinión pública nos acepta o si tenemos que luchar contra toda esta mierda sólo con unas pocas compas. Odio y violencia contra los jodidos maderos, contra RWE y cualquier otra gran compañía, contra la democracia y cualquier forma de autoridad. ¡Nuestros corazones están ardiendo tanto como nuestros cócteles molotov!
“We stay militant, no matter if in Hambi or somewhere else. No matter if the wide public accepts us or if we have to fight against this whole shit with a few good comrades. Hatred and violence against the fucking cops, against RWE and any other large enterprise, against democracy and any form of authority. Our hearts are burning as our mollies do!”
1 Tras aparecer este llamamiento en internet y también en algunos mass media (https://m.bild.de/regional/koeln/koeln-aktuell/hambacher-forst-gewalt-und-randale-aufruf-gegen-polizeipraesidenten-57302154.bildMobile.html) y recibir Gerken el primer ataque, ellos decidieron romper su contrato con RWE. Ahora hay una nueva compañía haciendo el mismo trabajo, llamada Ruthmann. También hemos sabido que la compañía que está “limpiando” el suelo y llevándose los restos de las construcciones del bosque se llama UTS, aunque no está en este texto.